El 13 de diciembre
de 1902, el Castillo Libertador y el Fortín Solano, en Puerto Cabello,
estado Carabobo, fueron bombardeados por acorazados ingleses y alemanes,
provocando pánico en las poblaciones cercanas.
Estos dos países reclamaban el pago inmediato de las
deudas contraídas por Venezuela y exigían indemnizaciones a sus ciudadanos
residentes por los daños causados durante las guerras civiles y los diversos
alzamientos armados.
Venezuela, gobernada por Cipriano Castro, era un país
insolvente y sumido en guerras civiles.
Inglaterra y Alemania pretendían adquirir territorios
venezolanos utilizando como pretexto el cobro de las deudas.
Después de los bombardeos y ante el acoso internacional,
Cipriano Castro tuvo que aceptar pagar las deudas y los gastos ocasionados por
el bloqueo, según las condiciones del arbitraje y las Comisiones Mixtas.
Venezuela debió aceptar los insultantes Protocolos,
firmados el 13 de febrero de 1903 y entre el 17 de febrero y el 2 de abril,
debido a todas las presiones que se ejercieron.
Los Protocolos fueron escritos en idioma inglés, alemán e
italiano. Estas versiones eran las válidas y no así las traducciones que le
hicieron llegar a Castro.
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