miércoles, 31 de agosto de 2011

6 DE SEPTIEMBRE DE 1815: BOLÍVAR ESCRIBIÓ LA “CARTA DE JAMAICA”


El 6 de septiembre de 1815  — a sus 32 años de edad — Bolívar publicó su “Carta de Jamaica”, donde reiteró su compromiso con la libertad de América y estableció las directrices del proyecto político bolivariano de emancipación.
Fue escrita por Bolívar, desde su exilio en Kingston (Jamaica), donde se encontraba, luego de la caída de la Segunda República.
La Carta estaba dirigida a Mr. Henry Cullen —rico mercader inglés vecino del puerto jamaiquino de Falmouth— a quien Bolívar le expuso sus más importantes ideas acerca del futuro del movimiento emancipador hispanoamericano.
Hay, en esta carta, un detallado análisis de las condiciones demográficas, económicas, políticas y culturales en las que se encontraban las diferentes provincias y territorios de la Latinoamérica, en la primera década del siglo XIX.
En la primera parte de esta Carta, Bolívar analizó los sucesos históricos de todo el continente americano, en la lucha por su libertad e independencia del poder español.
Luego, expuso las causas y razones que justificaban la Revolución por la Independencia, como una gesta justa de los pueblos por lograr la reivindicación de su gentilicio histórico-cultural.
Posteriormente, hace un llamado a  Europa para que coopere con la obra de liberación de los pueblos hispanoamericanos.
Después, Bolívar profetizó y argumentó sobre el destino de México, Centroamérica, Nueva Granada, Venezuela, Buenos Aires, Chile y Perú.
Finalmente, culminó su reflexión por la “unión… unión… unión”, como un llamado de alerta que repitió hasta su muerte.
En el aspecto internacional, Bolívar adelantó una serie de conceptos que, luego, serían principios de su política de integración, en dos grandes dimensiones:
En primer lugar, la promoción de la unión estratégica entre la Nueva Granada y Venezuela para crear una sola república, exponiendo con ello una visión más continental de la lucha contra España. Así expone:
“Es una idea grandiosa: pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola Nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; mas no es posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes, dividen a la América”.
En segundo lugar, su ideal anfictiónico: “¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de Representantes de las Repúblicas, Reinos e Imperios, a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo”.

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